El Theatre Royal de Catherine Street ha acogido a cuatro teatros desde 1663 y sobrevivió a un emocionante pasado que vivió numerosas transformaciones, incendios y desastres. Afortunadamente, las medidas de prevención contra incendios han mejorado drásticamente desde entonces y el edificio protegido de Grado I es ahora un monumento a la longevidad del teatro londinense y acoge algunos de los nuevos musicales y de las obras más populares y valoradas de la ciudad.
Los antiguos teatros solían acoger melodramas, óperas y pantomimas y eran conocidos, al igual que el teatro actual, por sus complicados y extravagantes escenarios. Fue uno de los primeros teatros de Londres que empleó una maquinaria especial para elevar o cambiar el escenario sin la intervención de los tramoyistas.
A comienzos del siglo XVIII, el teatro impulsó con enorme éxito la carrera de Joseph Grimaldi, un payaso de la época de la Regencia cuyo fantasma se dice que sigue viviendo en el Theatre Royal Drury Lane, lo que cautiva por igual a espectadores y artistas..
Después de que los incendios destruyeran dos antiguos teatros levantados en el mismo lugar, el edificio actualmente existente fue construido en 1811 y se inauguró un año más tarde con una producción de Hamlet. Otras representaciones destacadas fueron una producción de Cataract of the Ganges en 1823, que exigía un sofisticado broche de oro con una fuga real a lomos de un caballo y unos efectos de fuego real en el escenario. ¡Lo que supuso un enorme riesgo ya que las anteriores edificaciones habían sido destruidas por un incendio!
Desde mediados a finales del siglo XIX resurgió la popularidad de las óperas inglesas e italianas, entre ellas The Maid of Artois (La doncella de Artois), Maritana, las actuaciones de la Compañía de Ópera Carl Rosa y una célebre sucesión de obras, entre ellas The Shaugraun. A lo largo del siglo XX se sucedieron diversas producciones que contaban con un presupuesto elevadísimo, como la representación en 1909 de la obra The Whip, que incluía un tren descarrilado que echaba vapor real y 12 caballos que corrían sueltos por el escenario. La misma grandiosidad mereció la obra Cavalcade de Noel Coward representada en 1931 , que contaba con un reparto y un equipo formado por más de 300 personas, cosa impensable en aquellos tiempos.
Durante la II Guerra Mundial, el teatro se convirtió en el hogar de la Asociación Nacional de Espectáculos y los bombardeos solo le causaron daños leves, lo que le permitió abrir de nuevo sus puertas poco después, en 1946, con la producción de Pacific 1860. En los austeros años de la posguerra, la gente prefería diversión y frivolidad en lugar de teatro serio, y el Theatre Royal Drury Lane acogió un gran número de nuevos musicales. Los espectáculos más prolíficos fueron los de Rodgers y Hammerstein, que debutaron con Oklahoma! en 1946, y continuaron con South Pacific en 1951 y The King and I (El Rey y yo) en 1953.
El musical My Fair Lady se representó en el teatro durante cinco años desde 1958, al igual que 42nd Street, desde 1984. No obstante, el primer gran éxito moderno del teatro fue la producción de Cameron Mackintosh Miss Saigon, que se mantuvo en cartelera nada más y nada menos que diez años desde 1989.
Las últimas producciones del teatro incluyen la reposición en 2004 de The Producers, la ambiciosa y desilusionante versión musical de The Lord of Rings (El Señor de los anillos) en 2007, Oliver! de Lionel Bart en 2009, Shrek the Musical (Shrek el musical) en 2011 y una nueva y fantástica versión musical del clásico infantil de Roald Dahl Charlie and the Chocolate Factory (Charlie y la fábrica de chocolate), que se estrenó en junio de 2013.